Por: Danilo Ovando
A CONTINUACIÓN, SE PRESENTA EL CONTENIDO UN E-MAIL QUE RECIBÍ DE ALGUNO DE MIS CONTACTOS, Y QUE ES NADA MENOS QUE UN ARTÍCULO ESCRITO POR EL LIC. JACOBO ZABLOUDOVSKY, EN TORNO A LA INTENCIÓN DEL GOBIERNO DEL D.F., DE INCORPORAR A SUS RECORDS GUINESS UN TRANVÍA LLAMADO "DESEO DE MARCELO", (ES BROMA), PERO QUE CON LA OBJETIVIDAD Y CARISMA PROPIOS DEL OTRORA INFORMANTE ESTERELLA DEL CANAL DE LAS..., Y QUE ENTRE SUS LÍNEAS SOLICITA LA DIFUSIÓN DE SU MENSAJE, ASÍ QUE CON TODO GUSTO Y RESPETO DON JACOBO, OFREZCO EN ESTE HUMILDE ESPACIO MI CONTRIBUCIÓN A SU NOBLE CRUZADA.
Asunto: CENTRO HISTÓRICO
por Jacobo Zabludowsky
VA POR EL D.F. Y PARA PARAR OTRO ROBO A LA NACIÓN,
POR FAVOR A REENVIARLO HASTA QUE HAGA ECO...
Centro Histérico
Jacobo Zabludovsky
Bucareli
11 de enero de 2010
Un médico decide operar a un hombre sano. Le entregaron los análisis, las radiografías, los ultrasonidos, las resonancias magnéticas, las endoscopias, las biopsias, los exámenes dermatológicos, las inspecciones de todos los orificios, el tipo de sangre y su historia clínica. No cabe la menor duda: el hombre está sano. No necesita operación. No la necesita, pero el cirujano decide operarlo y lo opera. La decisión del doctor sólo puede ser producto de una de dos causas.
La primera, un diagnóstico equivocado. La segunda, el deseo de cobrar honorarios y distribuir beneficios entre enfermeras, anestesista, laboratorios, quirófano, hospital, rehabilitación y cuidados postoperatorios. El doctor Marcelo Ebrard ha decidido despanzurrar el Centro Histórico, organismo sano, con el pretexto de un tranvía totalmente innecesario.
En el sexenio pasado, el Centro Histórico de la ciudad de México pasó de barrio descuidado, sucio, inseguro, a lo que es hoy: Patrimonio de la Humanidad, orgullo de los mexicanos, principal atractivo turístico del país. Se le acaba de reemplazar la tubería de más de un siglo por una nueva y completa red subterránea de suministro de agua potable, drenaje y alcantarillado, ductos de gas natural, sistema de distribución eléctrica, fibra óptica, complejo de control del Metro. Desapareció la telaraña de cables que ensombrecía las calles, se estrenaron postes de luz, papeleras y bancas y se plantaron árboles, se aumentó la vigilancia, se recobraron viejas casas, se iluminaron las fachadas más bellas, se modernizaron los servicios para atender a un promedio diario de un millón de visitantes. Se le hizo hasta cirugía estética, por si algo faltara. Se cubrieron las calles con adoquín similar al de las de Roma, porque después de estudios y comparaciones se consideró el más adecuado para nuestro centro, por primera vez en la historia se nivelaron todas las banquetas. Un Centro Histórico sano.
El doctor Ebrard ha decidido despanzurrarlo para instalarle un tranvía de 26 mil millones de pesos que todos los mexicanos pagaremos con intereses durante 30 años. Entrega a particulares, como si fueran suyas, 11 kilómetros de calles y 20 mil metros cuadrados de terrenos adicionales. Lleva de la pobreza a la miseria a comerciantes, profesionistas y vecinos que durante los dos años de destrucción (que pueden ser cuatro, como Uruguay o Regina) tendrán que cerrar sus fondas, consultorios o viviendas.
El meollo del asunto es que el Centro no necesita el tranvía. No nos distraigamos con minucias anecdóticas, no nos perdamos en los vericuetos de la Base de Licitación que, debiendo ofrecerse libremente a quien se interese, se puso a la venta (me costó 9 mil 500 pesos pagados por adelantado en el banco HSBC) del 21 de diciembre al 5 de enero, cuando todo mundo está de vacaciones, en plenas fiestas de Navidad y Año Nuevo, dejando escasos 10 días hábiles para adquirirla.
El procedimiento y las dos semanas tan escogidas revelan un estilo tenebroso de dificultarle al público el conocimiento de la agresión alevosa y premeditada contra el lugar urbano más valioso de los mexicanos.
El Centro Histórico está sano. No hay razón para abrirlo en canal con el pretexto de un transporte inútil. No hay una sola estación del proyectado tranvía, ni una, ni agregando sus dos terminales, que no tenga ahí mismo o muy cercana una parada del Metro que avanza al triple de velocidad, cobra la tercera parte de lo que cobrará el tranvía y está funcionando. Funciona el metro, los autobuses de pasajeros, el trolebús, el turibús, los taxis, los bicitaxis. Todo el Centro Histórico tiene la comunicación que ofrece el plan tranviario sin necesidad de joder más a los jodidos.
El problema único del tranvía es /*que no se necesita*/. Doctor Marcelo Ebrard: estás a tiempo. No te equivoques de diagnóstico y ahora me refiero al que la historia hará de ti. Puedes acudir al párrafo nueve de la Base de la Licitación titulado “Suspensión temporal o definitiva del procedimiento de la licitación”, donde encuentras una solución digna para salir de la trama. Afirma en su párrafo b): “Por razones de interés público o general”. Actúa con serenidad y prudencia y no por sentimientos que podrían ser producto de la histeria, definida por el diccionario como “comportamiento irracional de un grupo, producto de una excitación”. En la segunda mitad de los sexenios políticos, trienios de Hidalgo, se multiplican los casos conocidos de este mal.
El tranvía en el Centro Histórico no es necesario. Es una verdad equivalente a razón de interés público, a razón de interés general. Cancela. Aunque sólo sea para que quienes votamos por ti para jefe de Gobierno no nos sintamos traicionados.
NOTA: A DIFERENCIA DE DON JACOBO, SU SERVIDOR NO VOTÓ POR EL DR. MARCELO, COMO ÉL LO LLAMA EN SU ESCRITO, PERO AFIRMO QUE AUNQUE NO FUE ASÍ, YA ME HE ARREPENTIDO EN REPETIDAS OCASIONES POR AQUELLOS QUE SÍ O HICIERON...
martes, 27 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
PAULETTE ahora significa INDIGNACION
Por: Danilo Ovando
Marzo de 2010 pasará a la historia de nuestro país, como Septiembre de 1985, marcado por una grave tragedia nacional. En este caso, no fue un temblor de 8.1 grados en la escala de Richter, y que según cifras oficiales, provocara la muerte de 6 o 7 mil personas, (sabemos que fueron muchos miles más), sino por el inesperado temblor que causó la desaparición, difusión en todos los medios, y luego, la localización sin vida de la única víctima de éste último: la pequeña Paulette Gebara Farah, en las fibras más sensibles de toda nuestra sociedad. Y que al igual que el primero, habrá de provocar algunos “derrumbes” en las dependencies de gobierno encargadas del esclarecimiento del caso.
La desaparición de la pequeña “Polette” como dice el letrero en la puerta de su recámara, desde el primer día de su exposición ante los medios masivos de comunicación, capturó la atención y la solidaridad de la sociedad en su totalidad. No había espacio informativo, ni círculo social “en vivo” ó electrónico, en el que no se comentara la muy extraña desaparición de la menor, que estando en su cama, dentro de su habitación en donde su propia madre la había dejado horas antes luego de darle las buenas noches y la “bendición”, en el departamento de su familia, resguardada en un condominio de lujo que goza de vigilancia y protección las 24 horas, y que como en un acto de oscura magia que haría palidecer al mismísimo David Copperfield, habría tenido lugar.
Dede ese momento en el que se anunciaba la desaparición, algo raro se percibía en este asunto. Las actitudes de los padres de la niña no mostraban el característico tono de quebranto y angustia de quienes temen por la vida de sus hijos, raras declaraciones, raras actitudes, raras circunstancias.
A todo esto, se sumaba la también rarísima actitud del procurador del Edo. de México de apellido semejante al “ya vas”, quien ha dado lugar a un nuevo verbo conocido como “bazbazear” y quien bien podría ser uno más de los prominentes personajes creados por el Sr. Eugenio Derbez para la exitosa serie de televisión “La Familia Peluche”.
Ante tanta rareza, la sociedad entera se pregunta: ¿Qué no se podría haber hecho una investigación “Normal”? Hasta los más pueriles seguidores del “CSI”, en cualquiera de sus versiones: Miami, Las Vegas o Nueva York, habría determinado un mejor curso de las acciones de las dependencias encargadas de la investigación y recolección de “indicios” de la que pudo ser en aquél momento “la escena de un crimen”.
Al paso de los tristes y subsecuentes días, y la muy cuestionable acción de la autoridad incompetente…digo, competente, el caso toma por sorpresa a toda la sociedad que para ese momento ya había hecho su labor altruista desplegando una enorme campaña de apoyo, saturado el ciber-espacio con sendos correos de promoción de las fotografías de la pequeña, en un intento deseperado por aportar un granito de arena para la feliz solución del asunto, al saberse que el cuerpo sin vida de la niña se había localizado ¡¡En la misma cama en la que supuestamente su madre la cobijó días antes para que se durmiera!! , y en la que una amiga de la señora de la casa había pernoctado en varias ocasiones mientras acompañaba a la gélida madre en su supuesto angustioso y traumático proceso de espera de las noticias del paradero de su pequeña.
Muerta, asfixiada, sin posibilidad alguna de explicar qué fue lo que le sucedió, atenidos a “la ciencia”, que a decir del señor “ya vas”, dará la solución mágica del caso, y digo mágica, porque la ciencia jamás podrá justificar la serie de irregularidedes, incosistencias, incompetencias y rarezas que esta tragedia ha arrojado a la cara de una sociedad que ya no cree en sus autoridades, y que en uno de los últimos si no es que el último de sus gestos de solidaridad y filantropía, invirtió su corazón con la esperanza de la pronta recuperación de la niña “esfumada” de las narices de su madre.
Arraigados para favorecer la investigación, un puñado de personas eran sometidos a interrogatorios, luego la madre obtuvo el diploma de “indiciada”, calificativo que surge del latín indicium que significa: Signo aparente y probable de que existe una cosa. Y luego de indicados y arraigados, ambos padres fueron des-arraigados, que significa que se les dejó ir, ante la posibilidad de que no fuera determinada a tiempo, su probable responsabilidad en el hecho, que en esos días derivó finalmente en la localización del cuerpecito inerte de la menor en la piecera de su cama. Ah, pero sin permiso de abandonar el país, como si eso pudiera detener a alguien que quiere desaparecer.
Ahora, una vez que el cuerpecito sin vida y que sirvió de proveeduría de tejidos y muestrs para nuestros expertos forenses fue finalmente sepultado, y ante la muy evidente desintegración de su familia, el nombre de Paulette se parece cada vez más a la palabra indignación, porque donde quiera que se nombre ese pequeño, frágil y desdichado nombre, no dejará de manifestarse el más airado y profundo sentimiento de indignación por su trágico desenlace.
Hoy, más de 20 días después de iniciado este calvario, se sigue desconociendo lo sucedido: Hoy, ya se levantan voces que exigenla destitución de aquél “ya vas”, hoy, se realiza un Nuevo análisis del sitio de la desaparición, hoy el desfile se profesionaliza al darse a conocer que han sido enviadas muestras y diversos elementos de la investigación al famosísimo Buró Federal de Investigación de los Estados Unidos de Norte América, “FBI”. Hoy se levantan plegarias a favor de la otra hija, “Lizettita”, como la enigmática madre le nombra, rogando al Creador que esa pequeña, la mayor y ahora única de las hermanas Gebara Farah, sea librada de la incompetencia de sus padres, de sus servidores públicos y de su sociedad, que a más de 20 días de haber conocido la tragedia, no ha sido capaz de exigir la aclaración de tan horrendo y disparatado caso.
Paulett, símbolo de indignación, deberá obligar entre nosotros un nuevo clamor de justicia y obtención de resultados, para todos los malos actores que han desfilado ante nuestra mirada aturdida y triste.
Paulette, no se conozca otro hecho semejante, Paulette, descance en paz.
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